La maleta del parto
26 de diciembre de 2017Los bebés necesitan ser cargados
26 de diciembre de 2017Para la navidad de 2015, me enteré por una prueba de farmacia, que estaba embarazada. Fue una sensación extraña porque aún no habíamos decidido buscar bebé. Sin embargo, lo primero que se me ocurrió fue ir a un laboratorio y hacerme una prueba de sangre para estar segura. Esperé mis resultados por espacio de una hora y allí estaba la respuesta: Positivo. Luego me dirigí a una tienda y compré un par de zapatos para bebé, los metí en una bolsa de regalo junto con la prueba de embarazo, esperé pacientemente que mi esposo llegara a casa y le entregué su regalo. Cuando abrió la bolsa se emocionó tanto que me preguntó muchas veces si estaba embarazada a pesar de que le respondía que si volvía a preguntarme, estaba como en shock.
Ese día estábamos muy felices y celebramos nuestro gran acontecimiento. A la semana siguiente fuimos a hacernos nuestra primera ecografía, todo estaba muy bien, escuchamos su corazoncito latir y ya teníamos 6 semanas.
Tres semanas después fui a mi primera cita de control, al salir de la sala médica fui al baño, encontré un pequeño sangrado, de inmediato revisión por urgencias obstétricas y una voz que retumba aún nuestros oídos “su corazón ya no late”. Mi cuerpo había tomado la decisión de detener mi embarazo, sin tener en cuenta ilusiones, sentimientos o el sueño que había iniciado. Esta noticia fue un baldado de agua fría. Mi esposo y yo lloramos por largo rato y llamamos a nuestros familiares más cercanos a darles la noticia.
El 14 de enero de 2016 me practicaron el legrado. No se imaginan como sale una madre de una clínica con un certificado de defunción en la mano. Con el corazón destrozado preguntándose: ¿Por qué a mí? Sintiendo un enorme vacío por dentro, con ilusiones por el suelo.
El aborto espontáneo es más frecuente de lo que te imaginas. Hoy puedo hablar de ello porque ha sido una situación que he logrado sanar y sé que ahora podrá ayudar a otras mujeres que estén pasando por esta misma situación.
¿Qué pasó?
Fue un momento de confusión, al momento de llegar al hospital pensaba que lo máximo que ocurriría era que me mandaran reposo absoluto. Pero ya saben que no fue así.
Un aborto espontáneo retenido o aborto natural es la pérdida del feto antes de la semana 20, es algo que ocurre de manera natural, y es retenido porque se pierde el embarazo pero los productos de este no salen del cuerpo. La mayoría de este tipo de aborto, son causados por problemas cromosómicos que hacen imposible el desarrollo del bebé, pueden ocurrir antes de las 2 semanas de gestación y a veces la mujer no se entera.
Las mujeres en edad fértil tienen un 15% – 20% de posibilidades de tener un aborto espontáneo. Es decir, que de cinco embarazos que tenga una mujer, uno de estos puede resultar en un aborto. Esto puede aliviar tus razonamientos pero no lo que siente tu corazón.
Alrededor del 80% de las mujeres que ha tenido un aborto espontáneo tendrá un embarazo exitoso la próxima vez.
He querido publicar mi historia porque sé qué hay muchas mujeres que pasan por esta situación. Es algo de lo que no nos sentimos orgullosas las mujeres, y por lo tanto, no hablamos de ello. Sin embargo, si has pasado por esto quiero decirte que no es algo fácil de superar, de hecho considero que es insuperable y que cada mujer tiene derecho a vivir su espacio y tiempo de duelo.
Yo particularmente, cuando llegué a mi casa descanse por varias horas, cuando desperté lo que más hice fue orar a Dios. Quizás no encontraría respuestas pero si encontré esa paz que sobre pasa todo entendimiento. Pase una noche entera llorando y orando, recordé un pasaje bíblico que me ayudó mucho: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
Aunque el duelo puede llegar a ser más fuerte al perder a personas que se conocían de mucho tiempo, no obstante, las personas que hemos tenido un aborto también sufrimos la perdida y necesitamos tiempo para restaurarnos.
Los familiares y amigos pueden ayudar dedicando tiempo y sirviendo a la mamá que está pasando por esta situación. No necesita de muchas palabras, solo que se esté a disposición por un tiempo prolongado para lo que ella necesite.
si estás pasando por esto, permítete expresar todas las emociones que estás sintiendo, enojo, rabia, tristeza, y es normal que te sientas culpable, sin embargo, nada de lo que ocurrió habría podido prevenirse. Se vale llorar, suspirar, hablar con tu bebé y despedirte, se vale que quieras estar a solas o solicitar la compañía de alguien en especial.
Recomendaciones:
Tienes que saber que tienes derecho a vivir este tiempo de duelo. Date tiempo para sanar. Busca y acepta el apoyo de otros. Descansa, pues tu cuerpo ha sufrido y necesita recuperarse.
Amada mujer que me estás leyendo, Te abrazo con estas letras y declaro sobre ti un tiempo de restauración.
Déjame saber si te ha pasado. ¿Qué te ha ayudado a superarlo?
Con amor,
Kerly
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Gracias por compartir tu experiencia, me tocó el alma. Yo no he tenido una perdida perinatal, sin embargo si tuve amenaza de aborto cuando tenía 6 semanas de embarazo de mi hijo, que ya tiene 6 meses gracias infinitas al Señor que le ha dado y conservado la vida. En esa amenaza de aborto tuve muchísimo miedo, como nunca, me sentí muy muy culpable… me puse histérica, en mi ignorancia quería irme para la clínica a que me frenaran el sangrado. Afortunadamente en ese momento en que detecté el sangrado estaba en mi casa una gran amiga mía que es médica y ella me tranquilizó, me dijo que lo conveniente era guardar reposo pues en la clínica me iban a decir lo mismo y que no había medicamento ni procedimiento que impidiera que mi bebé muriera, que solo lo dejara en manos de Dios… vuelvo y digo: el Señor me le conservó la vida.
Gracias a ti por leerme. Eres muy afortunada de tenerlo contigo, disfrutalo mucho. Vivir esta experiencia nos enseña a ser más sensibles y mejores administradoras del precioso regalo de la vida.